Al igual que el voto universal, la protesta es la forma máxima de manifestación libre de las opiniones en la sociedad moderna. Las raíces de la protesta se remontan a la Revolución francesa de finales del siglo XVIII y a todo el siglo XIX. La protesta siempre ha sido el indicador según el cual se mide el grado de libertad de una sociedad moderna y su diversidad. Los tiranos del siglo XX manifestaron una aversión patológica a las protestas y al desafío a la autoridad. Esta autoridad ha sido heredada también por los líderes liberales y populistas del período actual que afortunadamente no han podido reprimir la protesta tal como lo hicieron el comunismo y el fascismo.
Durante el período de entreguerras, en Rumanía la protesta era una forma usual para manifestar el desacuerdo de un grupo social o político con la política de la autoridad. Sin embargo desde 1954, año en que se instaló el Gobierno comunista, la protesta fue reprimida con brutalidad. Aun así, entre 1945 y 1989 los rumanos protestaron cuando las condiciones de trabajo y de vida llegaron a ser insoportables. Entre dichas protestas figuran las huelgas de los mineros de 1977 y la huelga de los trabajadores de las fábricas de Brasov "La bandera roja" y "El tractor". En 1989, como una venganza de la historia, los rumanos volvieron a protestar incluso a través de una serie de manifestaciones masivas que determinaron la caída del régimen comunista. Desde aquel entonces, la historia reciente de Rumanía puede ser escrita también desde la perspectiva de la cultura de la protesta.
La poetisa Ana Blandiana, oponente del régimen comunista y una de las personas que contribuyeron al renacimiento de la protesta en Rumanía, inauguró la exposición denominada "Democracia y protesta". Ana Blandiana ha declarado que el objetivo del evento fue recordar los momentos que contribuyeron a la reconstrucción del espíritu protestatario:
La existencia de la protesta no siempre beneficia a la democracia.
Ana Blandiana:
La cultura de la protesta ha vuelto al comportamiento diario de los rumanos después de casi 50 años de represión. Los años 1990 fueron dominados por la exhibición de la protesta en sus diversas formas, desde la pacífica, que sigue siendo la más constructiva, hasta las formas extremas, violentas. La protesta política continuó generando titulares en los periódicos y noticieros de las emisoras de radio y televisión. La protesta maratón de 52 días de la Plaza de la Universidad de los meses de abril y mayo de 1990 sigue siendo el punto de referencia más importante del deseo de decir "no" cuando un grupo de personas siente que la política no dirige la sociedad en el beneficio común. Se puede decir que el renacimiento de la protesta en Rumanía después de 1989 tuvo que ver con el renacimiento de la democracia y la política, con la reconexión de los ciudadanos a la normalidad: buscar el interés público y el bien común.
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