El mercado del vino en Rumanía

el mercado del vino en rumanía El sector vitivinícola de Rumanía es uno de los más desarrollados de la agricultura, con el mayor nivel de absorción de fondos europeos.

En los últimos años se han hecho importantes inversiones en la modernización de las plantaciones y las bodegas. Más de 40.000 nuevas hectáreas se han replantado con vid, han aparecido nuevos productores que han diversificado los productos vinícolas y se han hecho inversiones en capital humano especializado en la gestión correcta del vino. Rumanía tiene más de 250 granjas vitivinícolas, de las que unas 150 venden vino de manera envasada, y las primeras diez cubren aproximadamente un 80% del vino comercializado legalmente. Además, ha empezado a desarrollarse también la industria del turismo vinícola. Al menos 12 bodegas tienen alojamiento en los viñedos. Otras decenas están abiertas para las catas. He aquí lo que ha declarado Ovidiu Gheorghe, presidente del Patronato Nacional de la Viña y el Vino:

 

 

“Las inversiones son significativas en la industria del vino a partir de 2000, con un crecimiento de las inversiones para aumentar el nivel de la calidad, tanto para la viña, como en el proceso tecnológico de producción del vino. Creo que a partir de 2007, más de 500 millones de euros se han invertido en el sector vitivinícola. Hasta 2014 fuimos el único sector de la agricultura rumana con una absorción del 100% de los fondos europeos. Desgraciadamente, en los últimos años, a causa de la burocracia excesiva introducida de alguna manera por el Ministerio de Agricultura en la legislación específica para los proyectos europeos, hemos bajado a aproximadamente el 24% de la absorción de estos fondos. Estas inversiones han generado lo siguiente: un crecimiento significativo de la oferta en las tiendas para los consumidores, que pueden elegir de amplios surtidos, varias marcas, varias bodegas, contribuyendo de alguna manera al crecimiento del nivel de autoeducación del consumo de vino de Rumanía. Y en segundo lugar, la aparición de más pequeños y medianos productores de vino en Rumanía, lo que contribuye al crecimiento de la calidad y el intento de los productores de identificar nuevas maneras de convencer a los consumidores de que su vino representa la mejor elección, respecto a la calidad y el precio.”

 

 

Rumanía ha producido en 2016 unos 4,8 millones de hectolitros, según los datos de la Organización Internacional de la Viña y el Vino, 1,3 millones de hectolitros o un 37% más que en 2015. Esto significa el lugar número 13 en la clasificación de los mayores productores mundiales de vino y el lugar número 6 a nivel europeo. La superficie de vid es de 180.000 hectáreas. A pesar de ello, solo la mitad de estas vides alcanza los estándares europeos. Respecto a las exportaciones, Rumanía no es todavía un jugador muy importante en el mercado mundial del vino, ha afirmado Ovidiu Gheorghe:

 

 

 

   “Desafortunadamente, las cantidades y los valores no son significativos en comparación con el potencial que Rumanía tiene desde el punto de vista de la superficie vitícola. Hemos dicho varias veces que sin una marca sectorial para el vino rumano, para el sector agroalimentario, no podremos evolucionar. Mientras que otros Estados con una industria alimentaria muy fuerte, con tradición en la producción del vino, invierten muchísimo a nivel nacional en el crecimiento y la consolidación de la marca de país, nosotros no lo hacemos. Si Rumanía tiene algunos proyectos en China por ejemplo, que totalizarían casi 10 millones de euros, en un año Francia puede venir con presupuestos de centenares de millones de euros. Por lo tanto, tenemos una sola oportunidad de exportar y crear una notoriedad positiva del vino rumano en los mercados externos: que el Estado entienda la necesidad de crear una marca de país y que haga cosas concretas en este sentido.”

 

 

          Además del vino obtenido de las uvas, los rumanos vienen con una novedad: el vino obtenido de moras. Se trata del negocio de un joven del pueblo de Ticleni, distrito de Gorj, Ionel Burtea, estudiante en la Academia de Estudios Económicos de Bucarest que ha invertido en una plantación de moras y frambuesas. Ha estudiado el mercado y ha entendido que hay muchas oportunidades para desarrollar un negocio en este campo. Ionel Burtea:

 

 

          “Hace 3 años junto con mi familia estudiamos el mercado y vimos que las grandes tiendas importan las frutas del bosque. Tras hacer algunos cálculos me di cuenta de que sería mejor producir frutas del bosque en Rumanía. Si en otros países una hectárea vale entre 20 y 30.000 euros, en nuestro país no supera los 3.000 euros. Sólo que aquí hay plantaciones pequeñas, de tan sólo algunas hectáreas y se exporta muchísimo. Nadie hace una marca de sus productos. Nosotros tenemos 5 hectáreas y hemos optado por los surtidos más productivos. El año pasado recogimos alrededor de 2 toneladas de moras y 500 kg de frambuesas. Para este año estimamos una producción de 10-20 toneladas.”

 

 

          El joven ha invertido 20.000 euros en la plantación de frutas del bosque, pero todavía no ha recuperado la inversión. Todo el dinero ganado ha sido reinvertido. Solo a partir del cuarto o quinto año se puede hablar de amortizar la inversión. Mientras tanto ha lanzado en el mercado un producto único en Rumanía, el vino de moras:

 

 

          “El vino ha sido un experimento muy bien recibido por los clientes. Es semidulce y tiene un grado alcohólico de 12%. Ya he hablado con un inversor y quiero atraer fondos europeos para desarrollar la plantación, reinvertir en la fábrica, la logística y la tienda. Todo lo que ganamos, lo invertimos.”

         

El joven obtuvo el año pasado 700 litros de vino de moras.

         

 


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Publicat: 2017-08-01 02:04:00
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